Otras denominaciones
Técnico/a de prospección, Prospector/a de empresas,
Descripción
El/la prospector/a laboral trabaja en organizaciones que gestionan programas de ocupación dirigidos a mejorar la empleabilidad de las personas que atienden y favorecer su inserción dentro del mundo laboral. Concretamente, dentro de los servicios de ocupación y promoción económica, el/la prospector/a laboral se encarga de conocer y contactar con el tejido empresarial de su territorio, con el objetivo de distinguir las demandas e intereses del mercado de trabajo, y así orientar, capacitar e insertar talento en sectores generadores de actividad económica y desarrollo local.
La prospección generalmente se inicia con la investigación de empresas del territorio y un primer contacto, donde se presenta la cartera de servicios que ofrece la organización a todos los efectos. En este sentido, es importante conocer tanto la propia actividad que se realiza desde el servicio de ocupación (programas, formaciones, perfil profesional de las personas usuarias), como tener información sobre contratación, subvenciones o bonificaciones que puedan ir asociadas, para explorar cómo todo este catálogo encaja en las necesidades de la empresa.
A partir del conocimiento de la empresa, de su sector productivo y de la cartera de servicios de ocupación, el/la prospector/a puede proponer diferentes colaboraciones dirigidas a fomentar la ocupación. Entre éstas, la más común es la intermediación, que se produce cuando la empresa tiene la necesidad de incorporar personal y genera una oferta de trabajo. En este caso, acostumbra a ser la persona prospectora quien gestiona la oferta y hace la selección de participantes, siempre en colaboración con el equipo de orientación. Pero, esta figura también puede establecer otros tipos de colaboraciones provechosas para mejorar la empleabilidad de las personas usuarias, como gestionar prácticas para las formaciones que hace su entidad, concretar proyectos de capacitación conjunta; u otros tipos de colaboraciones útiles para la orientación y el conocimiento de sectores productivos, como visitas a empresas o charlas profesionales, entre otros.
En definitiva, realizar una buena prospección supone crear y mantener una relación de fidelización con las empresas, de forma que éstas vuelvan a contactar con el/la prospector/a de la entidad ante nuevas necesidades o colaboraciones.
Dentro de las organizaciones que gestionan programas de ocupación, es habitual que la persona prospectora esté adscrita a un programa específico, a través del cual se atiende a un colectivo con especiales dificultades de inserción. Así, su trabajo irá más focalizado en encontrar oportunidades para estas personas participantes. En todos los casos, es importante que el/la prospector/a conozca las personas a insertar en su servicio. De este modo, su prospección irá más alineada y por otro lado podrá responder con más exactitud a las demandas que se puedan presentar desde las empresas.
Finalmente, de cara al ecosistema de agentes de ocupación, el/la prospector/a laboral puede trabajar en dos tipos de organizaciones: por un lado, las de carácter público, como podrían ser ayuntamientos, consejos comarcales o órganos autónomos locales de promoción económica; y por el otro, en entidades sin ánimo de lucro del tercer sector, como asociaciones, fundaciones o cooperativas, que incorporen la ocupación en su catálogo de servicios.
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